MI HISTORIA

Desde mi escritorio es un sueño hecho realidad. Siempre quise tener un medio a través del que pudiera propagar y difundir La Palabra de Dios. Debo aclarar que NO SOY TEOLOGO, ni BIBLISTA, ni nada que se les parezca. Apenas soy un hombre común y corriente, muy amado de Dios y con mucho ardor por compartir las enseñanzas de Jesús y, en segundo orden, las ideas de Maestros Cristianos y de otros grandes hombres y mujeres de fe.

Siempre tuve el llamado a ser SACERDOTE o MEDICO.

Al término de mi bachillerato, a finales de los 70s, sostuve una larga conversación con el Padre Jaime Burque, sobre mi posible vocación al sacerdocio. Con la Paz y la sabiduría que le adornaban me cuestionó sobre el sentido real de mi anhelo, y de si sólo tal vez haya sido inspirado por las largas temporadas pasadas al lado de mi tío-padre, Monseñor Rafael Mauricio Vargas García o si, por otro lado, mi principal motivación era solo servir y agradar a Dios con mii vida. De ser ésto último lo que me estaba motivando, entonces podría hacerlo siendo un buen médico, un padre de familia y un laico comprometido. Sus palabras hicieron mucho sentido en mi corazón.

La segunda ocasión, siendo ya médico, volví a tener esas ansias de ser sacerdote. Durante tres meses, viví un proceso vocacional serio, al final de este me dí cuenta de que el Señor prefería que fuera médico. Y aunque siempre he priorizado mi compromiso eclesial, viviendo , entre otras realidades, como miembro de una Comunidad Cristiana de Alianza, he sabido dedicar los últimos 37 años a la vida apostólica siendo, a la manera de San Lucas, un buen médico de cuerpos y de almas.

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EL CREDO DE LOS APOSTOLES

El Credo de los Apóstoles

Creo en Dios Padre,
Todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra.

Y en Jesucristo, su único Hijo,
Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen,
padeció bajo el poder de Poncio Pilato,
fue crucificado, muerto y sepultado,
descendió a los infiernos,
al tercer día resucitó entre los muertos,
subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre, Todopoderoso. Desde allí vendrá a juzgar a vivos y a muertos.

Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida perdurable.

Amén.